De acuerdo con el Banco Mundial, China ha estado creciendo de media un 10% cada año desde 1978 y es desde 2020 el país con más Inversión Extranjera Directa. A pesar de la guerra comercial, la desaceleración económica de los principales países y el impacto del COVID, China ha mantenido su ambición y salido de la crisis global más fuerte que nunca. ¿Qué factores influyen en su capacidad de atraer inversión y qué podemos aprender de este modelo?

Gran inversión en Recursos Humanos, Tecnología e Infraestructuras. Una nueva generación de jóvenes profesionales altamente cualificados, con experiencia laboral en el extranjero, destrezas lingüísticas y ambición. Inversión en aeropuertos, puertos, carreteras, transporte público y automatización. Esto combinado con sistemas de logística, servicios profesionales, métodos de pago y fuerza laboral hacen que sea difícil reemplazar a China por otros países emergentes a corto plazo.

El PIB ha estado creciendo como en ninguna otra nación, en parte gracias a sus leyes y mecanismos para reducir el crimen, combatir la corrupción y estabilizar el mercado laboral. Creando un ambiente seguro permite a los pequeños negocios y emprendedores crear productos, servicios y actividades comerciales, por lo tanto, atraer inversión. Durante la pandemia, una de las primeras medidas fue proteger las empresas y los empleados e impulsar el consumo interno, se tomaron decisiones y se implementaron.

El gobierno elige cuidadosamente qué industrias son clave para el crecimiento de la economía en un cierto período. Ha pasado de estar basada en manufactura de poco valor añadido a una de tecnología, biotecnología, robótica, electrónica, medicina, información y servicios. Planes como crear una mega-ciudad de 72 millones de habitantes en la Zona de la Gran Bahía, la Franja y la Ruta, Zonas de libre comercio, parques industriales, e-commerce transfronterizo, etc, son parte de una estrategia para impulsar la economía de forma controlada. Medidas como la Lista Negativa controlan sectores específicos para mantenerlos con poca o nula influencia extranjera, como Educación, Energía, Medios, Internet, Finanzas, Automóvil, Seguros, entre otros.

En otras palabras, se hacen las cosas. Las regulaciones cambian constantemente y se implementan rápidamente. Durante la última semana de mayo de 2021 surgieron unos casos puntuales de COVID en la ciudad de Guangzhou. Inmediatamente, se cerraron algunas estaciones de metros y carreteras, los códigos QR son obligatorios, se montaron puntos de vacuna de la noche a la mañana, tests masivos por distritos, limitaciones en movimientos entre provincias y seguimiento de cada caso positivo. En un país con semejante población, la rápida respuesta es clave para su eficiencia, esto se aplica a regulaciones, a construcción, infraestructura y aquello que afecta al bienestar público.

China ya no es la fábrica del mundo, pero todavía sigue siento un actor principal en la cadena de suministro global. Sus desarrolladas infraestructuras, mano de obra cualificada, servicios profesionales, recursos, capacidad de producción, materia prima y variedad de productos hacen una combinación perfecta. La pandemia ha dejado clara la gran dependencia del mundo en China, quien se convirtió en el exportador principal de material médico, y al mismo tiempo acelerando su transformación digital en numerosas industrias durante la crisis.

Determina la economía tanto doméstica como internacional, el tamaño de la clase media china es la pieza de tarta que el resto de países y empresas quiere repartirse, especialmente por su capacidad de compra y su sed de lujo, cosmética, moda, coches, productos de salud y alimentación importada. La generación más joven está extremadamente acostumbrada a la compra online, creando un ecosistema perfecto para marcas extranjeras e impulsar el e-commerce. Las marcas saben que deben estar en China, contratan a personal chino, atraen a estudiantes, inversores y empresas, y es cada vez más común ver las páginas web, Wechat y catálogos en mandarín.

La gente está constantemente pensando en negocios, servicios y productos y conoce a alguien que puede proveerlo. En plena pandemia, las empresas se reinventaron y adaptaron extremadamente rápido a las nuevas necesidades del mercado en vez de esperar a que terminase la crisis, todo lo posible se volvió online en cuestión de semanas. Muchos negocios cambiaron su operativa completamente. La mayoría de la gente tiene varias fuentes de ingresos, proyectos complementarios, inversiones en bolsa, propiedad, o ítems similares. Durante el 2020, muchas PYMEs cerraron y abrieron nuevos negocios adaptados a la nueva realidad.

El sueño americano del siglo pasado es ahora el sueño chino del siglo XXI. Cualquier extranjero que viva en China, no importa cuánto ame su lugar de origen, dirá que ahora mismo China es la tierra de las oportunidades. Los negocios florecen cada día, el gobierno promociona actividades comerciales, provee incentivos fiscales, subsidios y recursos como centros para atraer innovación. A pesar de que todavía existe un gap entre extranjeros y chino en cuanto a beneficios, poco a poco se irá disminuyendo la diferencia. La nueva Ley de Inversión Extranjera tiene el objetivo de equilibrar estas reglas para todos, veremos en pocos años cuánto es teoría y cuánto es práctica.

En resumen, con las tensiones políticas actuales, el impacto del COVID, poco o nulo crecimiento económico global y el cada vez más influyente papel de China en el mundo, las empresas extranjeras miran hacia este mercado no como alternativa sino como solución. Mientras estas empresas quieran traer innovación, tecnología, ideas, sistemas, empleo, moda, cosmética, productos nuevos, servicios, marcas conocidas y empresas del Fortune 500, China los recibirá con los brazos abiertos. Los que venden productos tradicionales con poco valor añadido lo tendrán difícil desde muchas perspectivas. ¿Qué puedes ofrecer al consumidor chino?

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Por Owen Wang, Director de Cole & Wright Consulting firm, Asesor en CW firm, fundador de The Mindfood Club, ayudando a empresas a crecer en China y promocionando inversión mutua.